En la inspiración verbal, inerrante de la palabra de Dios tanto el Antigüo Testamento como el Nuevo Testamento.
En un Dios, en tres personas el Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En la deidad de Jesucristo, en su nacimiento virginal, su vida sin pecado, sus milagros, su sacrificio vicario, su muerte en la cruz, en su resurrección corporal, su acensión a la diestra del Padre y su regreso personal en poder y gloria.
En la regeneración por el Espíritu Santo para salvación por la Fe, através de la sangre de Jesucristo es esencial para la salvación.
En una vida de santidad sin la cual nadie verá al Señor, por la santificación por gracia como obra definida y progresiva en el creyente.
En la Llenura del Espiritu Santo subsecuente al nuevo nacimiento, con la evidencia inicial de hablar en lenguas según el Espíritu Santo.
En el bautismo por imersión en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En la cena del Señor y el lavatorio de pies como ordenanzas del Señor.
En la sanidad Divina provista en el sacrificio de la cruz para todo el que cree.
En la premilenial venida de Cristo: primero, resucitar los muertos en Cristo y para levantar a los creyentes vivos en las nubes y segundo para reinar en la tierra por mil años.
En la resurección para salvación o condenación de todos.